jueves, 23 de julio de 2015

Euskal Herria: Manifiesto pro candidaturas unitarias para las elecciones generales

Un grupo de ciudadanas y ciudadanos formado, entre otros, por activistas sociales, feministas, ecologistas y profesorado universitario, han hecho público, este 22 de julio, un Manifiesto de potente contenido político y social llamando a la constitución de “candidaturas unitarias por un nuevo tiempo político en la Comunidad Autónoma Vasca y en la Comunidad Foral de Navarra” de cara a las próximas elecciones generales (http://candidaturaunitaria.eus/es/Manifiesto). Ha comenzado ya la fase de nuevas adhesiones al mismo.La propuesta de candidaturas unitarias se sostiene sobre un bloque programático con tres ideas clave:
La primera, “un cambio social mediante un giro radical y profundo en políticas públicas y actitudes sociales, dando por acabadas las políticas de austeridad y la utilización de la crisis para una involución social tanto en los niveles de renta como en el empleo, los servicios públicos o los sistemas de protección”.
La segunda, “la necesidad de iniciar y construir un proceso democrático en el Estado español incluyendo la construcción política de las comunidades nacionales que lo deseen. Y ello mediante procesos constituyentes que vayan más allá de la reforma constitucional o de las reformas estatutarias y en los que se reconozca a la Comunidad Autónoma Vasca y la Comunidad Foral de Navarra como sujeto de decisión, independientemente de que en ese proceso se barajen alternativas distintas (independencia, federación o autonomía)”.
La tercera, “la necesidad de asumir, desde el pluralismo y el rechazo de todas las violencias, la consolidación del proceso de paz y la normalización política, la ampliación de las libertades y la eliminación de los últimos cambios legales que, en aras a la seguridad, sacrifican aún más libertades fundamentales. La experiencia hecha desde la Transición ha permitido detectar una falta de democracia real y componer una mirada nueva y compartida sobre lo que sería una sociedad realmente democrática y los modos participativos ciudadanos”.

Sosteniendo como horizonte ese inicio de procesos constituyentes que marquen el nuevo tiempo político de democrática ruptura con la Transición, la propuesta , además de al PP y Cs, deja fuera al PSOE (protagonista reafirmado en el actual régimen) y al PNV, cuyos presupuestos económicos y sociales están lejos de los presentados en este Manifiesto. La propuesta va dirigida en la Comunidad Autónoma Vasca (CAE) a EHBildu, Podemos e Irabazi (integra a IU, Alternativa Republicana y Equo). En la Comunidad Foral de Nafarroa (CFN) se dirige a EHBildu, Podemos, Izquierda-Ezkerra (coalición de Izquierda Unida y Batzarre, no está Equo) y, también, a Geroa Bai (a la coalición como tal, aunque el PNV esté en su interior).

Cada uno de esos tres ejes del Manifiesto se ha constituido, en muchísimas ocasiones, en unilateral y separada doctrina, cada uno contra el otro, en la historia de la izquierda vasca. El manifiesto plantea, abierta y directamente, romper con lo que queda de esa maniquea tradición y poner como base de las candidaturas unitarias que intenta promover, su carácter complementario. “Así como no cabe proyecto nacional sin un proyecto social explícito, no hay proyecto social que valga si no aborda las cuestiones democráticas. Las libertades son el medio ambiente natural para una sociedad política sana y democrática. La cuestión del derecho a decidir es un derecho fundamental derivado del principio de libertad que reconoce la capacidad de decisión de las comunidades que reiteradamente y por mayorías amplias reclaman ese reconocimiento y su ejercicio democrático. El cambio social busca revertir los procesos de desigualdad que se han acentuado en los últimos años y que golpean a las mayorías sociales. La sostenibilidad de la vida debe estar en el centro de todo proceso social, político o económico, desplazando así a los mercados”.

Las dificultades para los acuerdos unitarios pueden venir del hecho de que las distintas coaliciones tienen ya, al menos en parte, perfiladas sus perspectivas electorales. En particular las dos con más alta potencia electoral a la luz de las pasadas elecciones: EHBildu (22’73% en CAE y 14’25 en CFN) y Podemos (13’93% en CAE y 13’67% en CFN). Entre ambas, por desgracia apenas existe experiencia unitaria (exceptuando la de Nafarroa) e incluso hay un real desconocimiento (y hasta cierto no reconocimiento) mutuo. Que la propuesta plantee candidaturas específicas en cada una de las dos comunidades autónomas, roza con la tradición de la izquierda abertzale; pero es lógico tomarlas hoy como sujetos políticos autónomos aunque sean ambas las que configuran la Euskal Herria bajo administración española. Podemos tiene definida una estrategia electoral que para Euskal Herria se sostiene bajo una lista única y común que, salvo alguna excepción, se presenta al conjunto de España, pero deberá decidir si esa gestión centralizada y uniforme afecta a la CAE y la CFN por encima de la importancia política, actual y de futuro, y de los sin duda, relevantes resultados electorales de estas candidaturas unitarias a la hora de poner fin al régimen de la Transición, de sumar y poderse unir a todas las fuerzas que en cada parte del Estado español comparten -¡a muy corto plazo!- ese objetivo.

Por eso, no es ocioso recordar los datos de las elecciones del pasado mes de mayo. En la CAE, los votos de las fuerzas interpeladas por el Manifiesto a las Juntas Generales provinciales (las elecciones autonómicas tienen otra fecha) representaron el 39’39% de los emitidos; el PNV obtuvo 33’80%, el PSOE 13’82%, el PP 9’46% y Cs 2’08%. Es evidente que para unas elecciones generales como las próximas la candidatura unitaria propuesta ganaría sobradamente (y, sin duda, aumentaría el porcentaje obtenido unitariamente). En la CFN, la representación sumada de las fuerzas interpeladas para constituir sen candidatura unitaria fue el 47’47%, frente al 27’44 de UPN, 13’37 de PSOE, 3’93 de PP y 2’96 de Cs. La evidencia es, aquí, incluso mayor.

Cada organización y coalición de las interpeladas debe tomar ahora su decisión política; es su derecho y su obligación, sin duda. Pero quienes consideramos que la política no es patrimonio de las organizaciones constituidas, ejerceremos nuestras opiniones, nuestras críticas y nuestros apoyos, políticos todos ellos, desde la perspectiva planteada y el movimiento iniciado con este Manifiesto.

Fuente: vientosur.info

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